La diferencia entre un lavavajillas de libre instalación y uno encastrable está en el exterior. Te lo contamos a continuación.
El lavavajillas es un electrodoméstico que todos conocemos y que no tiene demasiadas variantes, como sí ocurre con otros donde los cambios de diseño son más evidentes. En este caso, prácticamente solo hay dos tipologías: los lavavajillas de libre instalación y los lavavajillas encastrables. Pero, ¿sabes cuál es la diferencia entre unos y otros? Eso es precisamente lo que te contamos en este post, donde también explicamos para quiénes están recomendados.
Diferencia entre un lavavajillas de libre instalación y un lavavajillas encastrable
La diferencia entre un lavavajillas de libre instalación y uno encastrable está en el exterior. Por fuera son distintos, en concreto:
Los lavavajillas de libre instalación están completamente ‘revestidos’. Es decir, cuentan con paneles por todos sus lados: tienen tapa superior y paneles laterales, además del frontal, donde a menudo se sitúa el panel de control. Gracias a eso, este tipo de electrodomésticos puede ubicarse en cualquier lugar: bajo el fregadero, en un rincón, etc., sin importar si tiene muebles a su alrededor o no
Los lavavajillas encastrables solo tienen panel frontal, y no están revestidos en su parte superior ni en sus laterales, quedando al descubierto su estructura metálica. Pero esto no supone un problema porque ninguna de esas partes será visible desde el exterior, dado que este electrodoméstico se inserta en un hueco del mobiliario de la cocina. Además, los lavavajillas encastrables suelen tener su parte frontal en el mismo estilo y color que el resto de mobiliario, de tal manera que se mimetizan con el resto de la cocina. Cuando así ocurre, su panel de control suele situarse en el borde superior del portón frontal, por lo que queda oculto cuando este electrodoméstico está cerrado
Conviene puntualizar que también se puede hablar de lavavajillas panelables, que suelen considerarse una solución intermedia entre uno y otro: está revestido en su totalidad pero admite un panel frontal que tenga cierta sintonía con el mobiliario. Sin embargo, no alcanzan la elegancia y la discreción de los encastrables.
¿Hay otras diferencias entre un lavavajillas encastrable y uno de libre instalación?
En líneas generales, no hay diferencias entre el interior de un lavavajillas encastrable y un lavavajillas de libre instalación. Lógicamente, no hay dos lavavajillas iguales, pero esas diferencias dependerán del modelo en sí.
También se puede decir que, de manera general, los lavavajillas encastrables suelen ser de gama alta: los usuarios que optan por ellos denotan un elevado cuidado por los detalles y eso también puede aplicarse a las prestaciones técnicas de esta tipología.
Pero más allá de este pequeño detalle, nada impide que uno u otro tengan las mismas características:
Pueden tener las mismas dimensiones, siendo la anchura habitual 60 cm o 90 cm Por estas razones, los usuarios que den prioridad al tamaño (por recibir la visita de muchos comensales en fechas señaladas, como Navidad) pueden elegir tanto uno como otro
Pueden contar con las mismas bandejas, sobre las que disponer cestas y soportes modulables
Pueden tener la misma clasificación energética, un nivel de ruido similar o un consumo de agua equiparable
Pueden tener las mismas tecnologías de lavado, que en el caso de Grundig pueden ser el motor de inducción EcoInverter, el brazo de tres aspersores CornerWash, el programa de higienización HygieneCare, el programa de secado avanzado SteamShine+… y un largo etcétera
Los usuarios de un lavavajillas u otro
Ya hemos visto que su tamaño, su organización interior y sus prestaciones pueden ser similares. Entonces, ¿cuándo interesa comprar uno u otro? A continuación te damos algunas pautas.
¿A quién puede interesar un lavavajillas encastrable?
Como decíamos, los lavavajillas encastrables suelen ser de gama más elevada, por lo que son interesantes para aquellos que tienen una cocina premium. Es decir, aquellas en las que no queda nada al azar, especialmente sus aspectos estéticos: cocinas minimalistas y urbanas, de diseño limpio y líneas fluidas, donde los electrodomésticos ocupan un lugar estratégico… e inamovible.
Los lavavajillas encastrables también son interesantes en cocinas nuevas, es decir, en aquellas proyectadas desde cero. En este caso, los encargados del diseño podrán prever la integración de los electrodomésticos, elaborando paneles a medida y con los mismos materiales que las cajoneras, los armarios, etc.
¿A quién puede interesar un lavavajillas de libre instalación?
Los lavavajillas de libre instalación son más versátiles y adaptables a cualquier usuario. De hecho, la variedad disponible en el catálogo de Grundig también es mayor. Sin embargo, hay algunos usuarios que encontrarán más atractiva esta tipología.
Por ejemplo, quienes dispongan de un presupuesto más modesto: en este caso, encontrarán soluciones con una relación calidad-precio siempre interesante, para lo cual el usuario deberá prescindir de las tecnologías más vanguardistas o los acabados más exquisitos. Al hilo de esta última idea, conviene recordar que también hay lavavajillas de libre instalación capaces de convencer a los más exigentes con el diseño, por ejemplo con acabados en acero inoxidable, paneles de control con pantalla LED y otros muchos detalles premium.
Por otro lado, el lavavajillas de libre instalación también es una opción interesante para quienes tengan en mente una reforma a medio o largo plazo. Este tipo de electrodoméstico se adaptará a cualquier pequeña variación que le afecte en la nueva cocina: una nueva ubicación, un cambio de mobiliario, etc. O dicho a la inversa: no tendrá sentido comprar un lavavajillas encastrable si, poco después, el espacio va a cambiar radicalmente.
También se puede decir que los lavavajillas de libre instalación son los mejores en viviendas de alquiler, donde el usuario no es el propietario de la casa y, por tanto, tiene poca (o nula) capacidad de decisión sobre la estética de la cocina. Pero si adoptamos el punto de vista del casero o la casera, esta opción también resulta interesante porque podrá encajar bien en los gustos y necesidades de cualquier inquilino, tanto del actual como de los sucesivos.
Y de todo ello se desprende que los lavavajillas de libre instalación son también modelos interesantes para segundas residencias, con un uso menos intensivo, unas exigencias estéticas más laxas y una menor necesidad de recibir invitados y, por tanto, de realizar comidas o cenas multitudinarias.
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