¿Quieres dar a tus hijos una dieta sana y variada? Sigue leyendo y descubre los consejos más saludables para la alimentación de tus hijos.
Si tienes hijos o niños a tu cargo, sabrás que no es fácil convencerles de que deben llevar una dieta sana: están continuamente expuestos a numerosas tentaciones en forma de chucherías, bollería y otros alimentos que no son precisamente saludables, pero sí muy atractivos a sus ojos. Por ello, en este post te damos 10 consejos para una dieta sana, basada en comida saludable y en hábitos que faciliten ese objetivo.
La importancia de una dieta sana
Hasta hace décadas, en la generación de nuestros abuelos e incluso antes, las dietas de los niños eran pobres por escasez: la producción de alimentos no era tan sofisticada como ahora y los recursos económicos de la población general eran más escasos. Eso daba lugar a trastornos asociados a la desnutrición, como el raquitismo o el escorbuto, en casos extremos.
En la actualidad, por suerte, la hambruna está menos difundida en las sociedades avanzadas. Pero, paradójicamente, las dietas pueden ser ahora más pobres en la abundancia: una alimentación inadecuada puede dar lugar a otras enfermedades, como la obesidad o la diabetes, también en niños.
Evitar esas enfermedades es una de las razones por las que llevar una dieta sana resulta fundamental en la infancia. Pero sin llegar a tales extremos, hay otros muchos motivos que te pueden convencer de ello: un niño que lleva una vida y una dieta sostenibles tendrá mayor vitalidad, mayor energía para estudiar y, en definitiva, será más feliz.
Decálogo para que los niños hagan una dieta sana
La lista que aquí te proponemos no solo se centra en algunos detalles de la dieta sana en sí misma, sino también en otros factores que ayudarán a que ésta sea posible. Toma nota.
1. Mentalízate
Asume que no será fácil ni cómodo conseguir que tus niños lleven una dieta sana. Es mucho más cómodo ofrecerles a diario comida ya precocinada y bollería para que no protesten, pero no es lo mejor para ellos. Además, mentalízate de que quizás no sea lo más barato, pero también lo puedes ver como una inversión en salud, lo cual te ahorrará gastos futuros en dentistas, medicamentos, etc.
2. Establece normas
Por ejemplo, un calendario de desayunos, almuerzos de media mañana y meriendas, que sigan una pauta lógica y saludable. De esa manera, los pequeños sabrán a qué atenerse cada día. De lo contrario, si perciben dudas en el ofrecimiento, tratarán de probar suerte para conseguir sus propósitos ‘poco saludables’.
3. Configura una dieta variada
Elabora menús saludables cada día, propiciando una dieta lo más variada posible, donde no falten las frutas, las verduras, los lácteos, la carne (magra a ser posible), el pescado y los cereales, como pueden ser la pasta y el arroz.
4. Ojo con la elaboración
El cómo se prepara es tan importante como el qué. Da prioridad a la plancha o al horno y reduce la frecuencia de las elaboraciones fritas, pues es una elaboración que está asociada a problemas como niveles elevados de colesterol. Y cuando recurras a ellas, utiliza papel absorbente de grasas al sacar los alimentos de la sartén. Además, limita el uso excesivo de sal, que está asociado a problemas como la hipertensión.
5. Que prueben diferentes alimentos
En ocasiones, los niños no llevan una dieta sana porque no saben que les gusta. Si consigues que prueben de todo, te llevarás (y se llevarán) la grata sorpresa de que la comida saludable puede llegar a encantarles. Y eso facilitará su introducción en diferentes platos sin que se convierta en en una batalla permanente.
6. ‘Engáñales’ sin que se den cuenta
Por supuesto, lo mejor es informar claramente de lo que lleva cada plato. Pero en ocasiones no te quedará más remedio que introducir algunos alimentos saludables de forma sutil. Por ejemplo, salsas de tomate que llevan verduras trituradas, la cual puedes usar en alimentos tan atractivos para ellos como las pizzas o las albóndigas.
7. Preferencia por los productos frescos
Los productos que tienen una fecha de caducidad muy larga suelen llevar altas dosis de estabilizadores y de azúcar, pues este es un poderoso conservante. Por ello, son menos saludables. En cambio, los productos frescos, como el pan recién hecho en vez del pan de molde industrial, son siempre preferibles.
8. Asocia lo saludable a lo positivo
Por supuesto, nunca uses una comida saludable como castigo. Incluso, evita su amenaza como broma, pues el niño lo entenderá como algo negativo a evitar. En cambio, es preferible que la asocien a algo divertido, como por ejemplo un plato cuyos alimentos tienen formas simpáticas (caras, corazones, etc.), helados de zumo o una jornada de cocina en familia, en la que ellos también participen. También puede ser útil y divertido que entiendan y se sientan partícipes de la producción de un alimento, por ejemplo cultivando verduras en macetas.
9. Encuentra el límite de tu hijo
Cada niño tiene un límite: unos se sacian antes y otros después. Y es importante que lo encuentres y lo aceptes, pues obligarles a comer más de la cuenta es contraproducente. Ahora bien: no caigas en su trampa, pues a menudo se ‘sacian’ sorprendentemente rápido como atajo para conseguir otro alimento poco saludable que les guste más, como helados industriales.
10. Establece excepciones
Ser estricto es bueno y también lo es el hecho de tener unas normas claras les da seguridad. Pero un exceso de rigidez y severidad también puede ser contraproducente, pues les puede saturar. Por ello, no está mal que de vez en cuando se puedan saltar esas normas sobre su dieta sana. Pero ese ‘salto’ tiene que estar también dentro de lo previsto. Por ejemplo, se pueden admitir excepciones en los días de cumpleaños y los fines de semana, por ejemplo. Y siempre dentro de una excepción razonable.
Estos son solo 10 consejos que te permitirán crear una dieta sana para tus hijos. Y como ayuda a todo ello, tienes los electrodomésticos de Grundig: frigoríficos amplios y eficientes para conservar alimentos frescos, hornos y microondas con múltiples funciones para elaborar comida saludable, congeladores para almacenar los platos de los menús saludables de tu calendario semanal, etc.
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