Cuando una nevera deja de enfriar como debería, la preocupación es inmediata: los alimentos se estropean, se pierde frescura y no siempre sabemos por dónde empezar a revisar.
Lo bueno es que, en muchos casos, este fallo tiene solución. Desde errores de uso hasta pequeños fallos técnicos, identificar la causa es el primer paso para recuperarla sin necesidad de sustituirla. Aquí repasamos los motivos más comunes por los que un frigorífico no enfría correctamente y qué puedes hacer en cada caso.
La nevera no enfría. Causas
Si la nevera deja de enfriar, lo habitual es que se deba a un fallo puntual o a un mal funcionamiento interno. Estas son las causas más frecuentes.
El termostato está mal ajustado o averiado
Un termostato con la temperatura mal configurada puede hacer que la nevera no enfríe lo suficiente. Asegúrate de que esté entre 3 y 5 °C. Si está correctamente ajustado pero el interior sigue sin enfriar, podría tratarse de un fallo en el propio sensor o en el sistema de control.
Las rejillas de ventilación están obstruidas
Las corrientes de aire frío circulan por el interior del frigorífico mediante ventiladores y conductos. Si algo bloquea estas salidas —como envases pegados a la pared trasera o acumulación de hielo— el aire no se distribuye bien. Revisa que haya espacio suficiente entre los alimentos y que no haya escarcha acumulada.
El condensador está sucio o bloqueado
El polvo y la suciedad en las bobinas del condensador (normalmente situadas en la parte trasera o inferior del frigorífico) dificultan la liberación de calor. Esto obliga al compresor a trabajar más y puede reducir su eficiencia. Limpiar estas bobinas cada pocos meses puede prevenir muchos problemas de refrigeración.
Fallo en el compresor o pérdida de gas refrigerante
Si tras revisar los puntos anteriores la nevera sigue sin enfriar, podría haber un problema más técnico: el compresor no funciona o el circuito ha perdido gas. Esto requiere la intervención de un técnico cualificado. En estos casos, es importante actuar rápido para evitar que el fallo afecte a todo el sistema.
En algunos modelos actuales, la tecnología No Frost ayuda a prevenir sobrecargas del sistema gracias a una distribución del frío constante y sin escarcha. Si no estás familiarizado con esta función, puedes entender cómo funciona y qué ventajas ofrece en esta explicación sobre tecnología No Frost.
Preguntas frecuentes
Cuando la nevera deja de enfriar, surgen muchas dudas. Aquí respondemos a las más habituales para ayudarte a tomar decisiones rápidas y seguras.
¿Cómo saber si se le acabó el gas a la nevera?
Un descenso progresivo del frío, alimentos que ya no se mantienen frescos y ausencia de sonido del compresor pueden ser señales de que hay una fuga de gas. Otro indicador es el hielo en el evaporador sin que llegue a enfriar el interior. Este tipo de fallo debe ser revisado por un técnico. Puedes encontrar más detalles en esta explicación sobre fugas de gas en frigoríficos.
¿Cómo saber si falla el termostato de la nevera?
Si al ajustar el nivel de frío no hay cambios y la temperatura no se mantiene estable, es posible que el termostato esté fallando. También puedes notar que el motor se activa y desactiva sin lógica aparente. Comprobar si el sensor responde correctamente requiere medición técnica, pero una señal clara es la inestabilidad térmica continua.
¿Por qué el congelador funciona pero la nevera no?
Esto suele indicar un problema en la circulación del aire frío. En sistemas No Frost, el ventilador podría estar bloqueado o roto. En modelos con un solo compresor, un fallo en la válvula que separa ambas zonas también puede ser la causa.
Una revisión visual puede detectar obstrucciones de hielo en las salidas de aire. Descongelar completamente el equipo durante unas horas, con la puerta abierta, a veces puede restablecer el funcionamiento temporalmente.
¿Qué hacer si la nevera hace ruido pero no enfría?
El ruido indica que el compresor intenta funcionar, pero si no enfría, puede deberse a una fuga de gas, fallo en el motor del ventilador o un bloqueo interno. Escucha si el ruido proviene de la parte inferior (motor) o del interior (ventiladores) y revisa si hay ventilación o luces parpadeando. Si el compresor arranca y se apaga enseguida, es señal de avería.
En muchos casos, mantener limpia la parte trasera del frigorífico, evitar bloqueos internos o reorganizar la carga de alimentos puede solucionar el problema. Pero si tras estas comprobaciones la nevera sigue sin enfriar, es momento de contactar con un técnico cualificado.
Contar con un frigorífico moderno, eficiente y bien mantenido también previene este tipo de fallos. Modelos actuales como los frigoríficos Grundig integran sensores y sistemas que ayudan a mantener una temperatura estable, incluso en condiciones de uso intensivo.
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