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Temperatura del horno para pizzas y otras recetas
Temperatura del horno para pizzas y otras recetas

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Temperatura del horno para pizzas y muchas otras recetas

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La temperatura del horno es una cuestión fundamental para que los platos cocinados en él tengan el resultado esperado. Una mala elección de este detalle puede arruinar un asado, pero también puede marcar la diferencia entre un buen plato y uno magnífico. Por eso, en este post te contamos cuál es debe ser la temperatura del horno para la pizza, así como para preparar otros alimentos dulces y salados: bizcochos, galletas, piezas de carne, pescado…

 

 

Cómo influye la temperatura del horno

 

 

La temperatura del horno no es una cuestión menor, ni mucho menos. Si no se elige el valor correcto, puede haber dos tipos de errores, con consecuencias distintas según el alimento a cocinar:

 

 

Una temperatura superior a la adecuada: puede generar, a su vez, uno de estos dos problemas. El primero, que la parte exterior del alimento se haya quemado para el momento en que el interior del alimento haya alcanzado su punto óptimo. O el segundo, que cuando el exterior del alimento esté cocinado, el interior todavía esté crudo

Una temperatura inferior a la adecuada: en este caso, el problema es que el alimento no se cocinará del todo. O que el tiempo requerido para su cocción sea tan prolongado que, en realidad, provocará una pérdida de humedad (deshidratación), haciéndolo menos apetecible cuando la cocción pueda darse por terminada

En cualquier caso, debes saber que hay otros factores estrechamente relacionados con la temperatura del horno, que no se pueden obviar. Por ejemplo, las condiciones de humedad del interior de la cavidad, como haremos mención más abajo.

 

 

Temperaturas del horno según la receta

 

 

En realidad, no hay una temperatura mágica que sea válida para todos los tipos de alimentos: puede ser distinta en función del grosor de la pieza o el efecto que se quiera conseguir. De manera general, se considera 170º-200º como los valores estándar, pero se puede y se debe seleccionar otra cifra superior o inferior según cada caso.

 

 

Temperatura de horno para pizza (200º-220º)

 

 

La temperatura del horno para pizza es un valor que debes grabarte en la cabeza, pues se trata de uno de los platos más cocinados en este electrodoméstico. Y se trata de una de las pocas recetas que ‘pide’ una temperatura superior a la habitual. En concreto, entre 200º y 220º. Pero ojo, esto solo es válido para masas finas y en aquellos casos en que se busque un toque especialmente crujiente. Y debes tener muy en cuenta los ingredientes que irán sobre la pizza: si tienen una respuesta muy distinta al calor, lo ideal será añadir estos ingredientes por etapas.

 

 

Temperatura de horno para pan (200º-250º)

 

 

La temperatura del horno para pan también ha de ser elevada: entre 200º y 250º en muchos casos. De esta manera, se conseguirá el doble efecto deseado: que la miga esté bien hecha, es decir, esponjosa, y que el exterior quede crujiente.

 

 

Temperatura del horno para cocinar carne (200º)

 

 

Hay que tener en cuenta que el horno se suele utilizar para cocinar piezas de gran grosor, algo que en una sartén resulta más complicado. Y en este caso, todo depende del ‘punto’ que se quiera conseguir en su interior: más hecho o menos hecho. Como valor estándar, se puede seleccionar 200º, pero a ser posible, se debe controlar la temperatura del interior de la pieza, como te contamos más abajo.

 

 

Temperatura para cocinar pescado (190º)

 

 

Para cocinar pescado se pueden seguir unas pautas similares a las de la carne, pero la temperatura del horno puede ser algo inferior. Por ejemplo, 190º puede ser un valor adecuado para una tajada gruesa. Además, es probable que se requiera de menos tiempo para que esté completamente cocinada.

 

 

Temperatura para cocinar verduras en el horno (220º)

 

 

La verdura es uno de los alimentos más ‘sensibles’ a la hora de cocinar en el horno: una temperatura muy elevada las puede quemar y hacer perder sus propiedades organolépticas, pero una temperatura muy baja provocará una deshidratación que tampoco es recomendable. 220º es un valor adecuado si se tiene mucho cuidado en no hornear demasiado tiempo.

 

 

Temperatura para pasteles y bizcochos (170º-180º)

 

 

La temperatura del horno para cocinar pasteles y bizcochos es un mundo: cada creación puede necesitar una temperatura distinta, así como sus posiciones, su tiempo de cocción, etc. 170º-180º lo puedes considerar un valor de referencia, pero ante todo debes consultar la receta… y no tener miedo a equivocarte las primeras veces.

 

 

Galletas y otros dulces (130º)

 

 

Para hornear galletas y otros dulces similares, se puede utilizar una temperatura relativamente baja, pues se debe cocinar de manera lenta y prolongada para que su interior se haga adecuadamente y, además, que todas sus partes (interior y exterior) estén hechas en la misma medida.

 

 

Otros trucos relacionados con la temperatura del horno

 

 

La temperatura del horno, para pizza o cualquier otro alimento, es muy importante, pero hay otros muchos factores y detalles relacionados que no debes descuidar. Por ejemplo, las condiciones ambientales de la cavidad del horno. En concreto, su cantidad de humedad mediante vapor: utilizar esta opción potenciará la jugosidad, sobre todo si se emplean temperaturas bajas y tiempos prolongados de cocción.

 

 

Otro detalle que ayudará mucho a controlar la temperatura es la sonda térmica, presente en los modelos más avanzados de Grundig. Esta sonda, que se introduce en el alimento (especialmente en carnes), indica la temperatura interior, lo cual permite ajustar con mayor precisión la temperatura. En carnes rojas, por debajo de 55º de temperatura interior se considera ‘poco hecho’, mientras que para ofrecerla ‘al punto’ debe alcanzar los 60º y para estar ‘muy hecha’ se puede llegar hasta los 70º.

 

 

Y dos detalles finales muy importantes para que la temperatura del horno sea efectivamente la deseada. En primer lugar, debes precalentar adecuadamente, pues de lo contrario los primeros minutos de cocción serán a una temperatura manifiestamente inferior a la adecuada. Y en segundo lugar, no abrir la puerta para hacer comprobaciones o, al menos, no hacerlo hasta el final: de lo contrario, estarás ‘empujando’ la temperatura a la baja en cada apertura.

 

 

Como ves, la temperatura del horno es un factor a tener muy en cuenta a la hora de cocinar en este electrodoméstico. Y con Grundig podrás tener un control muy detallado de este valor, ya sea de manera manual o automática a través de programas específicos.

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